martes, 16 de noviembre de 2010

Miedo.


El miedo lo mueve todo.

Mueve sentimientos, acciones, complejos.

Mueve los recuerdos y hacen que cambie tu trayectoria. El miedo hace que consigas razonar aunque a veces no sea lo mejor que puedas hacer.

Me dijo "Déjate llevar, que pase lo que tenga que pasar". Y no hice caso. Razoné durante media hora a fondo y me dejé llevar por la coherencia de esta situación. Tal vez radicalicé un poco la respuesta, pero era lo mejor que podía hacer para todos. En último lugar estaba yo, mis sentimientos. Aunque no quisiera terminar con esta incongruencia y aun a sabiendas de que iba a afectarme emocionalmente durante un tiempo, lo hice. El miedo a sentirme rechazada una y otra vez más, y a tener un papel secundario en una obra de la que no tenía que formar parte, me dio el empujón. Un trío de piano, flauta y chelo encaminó al personaje hacia el fondo del escenario, donde, a luz ténue, se confundía con el fondo negro que desapareció tras el telón a los segundos, poco a poco, alargando la tragedia y dando vida a la música apagada. Sentí miedo, y lo sigo sintiendo, pero ya la obra ha llegado a su fin y el actor secundario ha desaparecido de la escena.


Se ha cerrado el telón.

martes, 12 de octubre de 2010

Era otoño. Un otoño muy gris. Los cambios atormentaban algo más que el cielo y nuestras ganas de vivir caían como las hojas de los árboles. Hacía una eternidad y media que no veía tus ojos y cada día aumentaba mi deseo de verte. Mirarte como aquella última vez había hecho. Contemplar tu ira y convertirla en sentimientos. Sólo dormía para verte en sueños. Hasta que llegó el día esperado. Nos cruzamos y sentimos el roce de nuestras camisas. Al unísono pronunciamos un susurro mientras cerrábamos los ojos para intensificar el roce. Desde lejos intentábamos coincidir con las descaradas miradas para comunicarnos. Un "todavía sigues en mi mente" con sólo mirarte era suficiente. Apartaba la mirada con un falso disimulo y expiraba lentamente para que me observaras en ese instante. Entonces nos dimos cuenta que nada de lo que hacíamos servía para algo más que para atormentarnos día a día en sueños. Caímos en la cuenta de que si nada interfería en el tiempo, el tiempo iba a durar para siempre. Mis lágrimas comenzaron a resbalar por mi pómulo dejando un rastro negro a causa del rimmel. Me di la vuelta para observarte por última vez antes de irme a derramar mis lágrimas en silencio, como siempre hacía. Entonces apareció, otra vez, ese roce. Cerré los ojos a la vez que suspiraba profundamente. Mi cara, llena de lágrimas volvió a extremecerse con más fuerza. Esta vez nuestros alientos se habían encontrado y lo que antes había sido un suspiro ahora se convertía en un baile de almas entre nuestros labios. Sentí tu calor mientras mis labios temblaban suavemente al estar tan cerca de otros labios. Te miré a los ojos, esos mismos con los que había estado soñando toda la vida. También lloraban. Derrepente, tu susurro pronunció algo más claro, aunque rasgado con lágrimas y temblores: Te quiero. Y nuestro labios se juntaron, sintiendo las lágrimas que brotaban desde nuestros ojos, ahora con más fuerza. Nos agarramos para no dejarnos nunca más escapar. Tan fuerte que todavía noto tus manos sobre mi cara y tus labios mojados sobre los míos. Tan profundo que todavía pienso que fue realidad.

martes, 14 de septiembre de 2010

Todo era inalienablemente ajeno...











Nada me pertenece excepto mis ganas de sentir. Vivo amando un sentimiento que desearía hacer desaparecer en todo momento. No puedo evitar esperar esperanzada a que llegue el momento, o al menos vivir el camino hacia la plenitud. Quisiera un Neruda que escribiera mis memorias, memorias rasgadas que dificilmente podrían expresarse en un papel. Me enamora el simple hecho del reconocimiento pero me horroriza la realidad. Y la realidad es de lo que después presume mi modestia.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Se me va

Se me va de las manos
todo aquello que se va
se me van, vuelan, huyen
y no quieren regresar.


Tienen fe en las montañas,
en el aire, en la paz
pero nunca sobrevuelan
el camino hacia el final.


Quedando libres sin alas
pueden hacerse olvidar
intentar lo que eran antes
y vuelvense a marear.


Muere una, caen las otras
y no saben ni girar
no son nada por si solas
pero el todo en unidad.

domingo, 29 de agosto de 2010

Amor, obsesión o deseo.

Era algo imposible. Algo que se vislumbraba a lo lejos del túnel. Algo con lo que vivía y, acostumbrada a ello me disponía a continuar mi camino hacia el final.

En ocasiones soñaba con él. Era verano y nos encontrábamos en un bar. Me sonreía, yo le devolvía la sonrisa y pasábamos de largo. Eso era suficiente para lidiar con la soledad.
Años sin ver su sonrisa me volcaron hacia mantenerme al margen del mundo real y hacer del sueño mi única hazaña para conseguirle de nuevo.

Y entonces llegó el día. Sus ojos llenos de rabia volvieron a fijarse en mis ojos. Su suave cuerpo volvía a rozarse con el mío alcanzando el clímax del deseo. Por su piel tostada se volvía a resbalar mi mirada como si fuera de seda. Mis labios jugaban a la seducción y mis manos gesticulaban misterio y sensualidad. Me viciaba la idea de insinuarme.

Hasta aquí llegaba la magia. Luego era todo el imposible ser que no puede ser sin su posible. Luego caía en la desagradable sensación del razonar. Volvía a ser la chica sensata que era en contadas ocasiones. Amor, obsesión, deseo... tendría que dejarme llevar para averiguar de cual de estas sensaciones se trataba, pero como he dicho antes...Es algo imposible.

lunes, 23 de agosto de 2010

Viajé a un mundo lleno de fantasías e ilusiones. Me acostumbré a tus posturas, a tu mirada y a tu forma de gritar. Pude sumergirme en una burbuja de estabilidad y creencias. Escribí miles de historias para nadie, miles de canciones que nunca llegaron a ser escuchadas, miles de sentimientos sin dueño. Me volví inmune a cualquier sueño.

Supe que todo acabaría en cuanto me dijiste que no querías volar.

sábado, 31 de julio de 2010

Algo mágico. Un puente por la paz.


Bosnia, un lugar impresionante, una experiencia alucinante... Existen miles de adjetivos que podrían acercarse mínimamente a una calificación de todo lo que hemos vivido allí, pero ninguna explicaría con exactitud todo lo que hemos sentido. Unas costumbres muy diferentes, una forma de vida que difiere en gran parte con la nuestra, un mundo distinto en el que nos hemos sentido acogidos durante una semana. La convivencia nos ha enseñado a añorar, a querer, a ver más allá de nosotros mismos. Una mezcla de tradiciones y culturas fusionadas de las que hemos aprendido. Un sentimiento un tanto especial que sólo podemos sentir aquellos que hemos viajado en esta experiencia. Un lazo que jamás se desatará entre nosotros. Espero haber dejado tanto como lo que me he llevado de allí. Hay que vivirlo para entenderlo y sentirse afortunado por decir: Yo estuve allí.

sábado, 17 de julio de 2010

¿Para qué quiero un amor mecánico?


El abstracto órgano se rompe.
Tarda en arreglarse, pues el golpe es duro.
Cuando todos los pedacitos se van juntando uno a uno llega otro golpe aún más fuerte y vuelve a desmontar el rompecabezas. Ese abstracto se crea y se destruye con tanta facilidad que nuestras emociones desembocan en un desequilibrio químico. Un desequilibrio que desencadena absurdas acciones por conseguir una estabilidad emocional momentanea. Intentas colocar cada pedacito con risas, canciones y sueños. Volverá a construirse una capa más sólida sobre él, como ya había ocurrido. Esta vez la capa deberá ser más fuerte para sostener este abstracto corazón. Necesito soldar los pedazos, los pedazos de una vida, los pedazos de 2 años.

miércoles, 7 de julio de 2010

Un junio especial.

Tal día como hoy, hace unos cuantos años fui una persona plenamente feliz. Gozaba de tal plenitud que a veces añoro esos tiempos recordando cada detalle y concediéndole más significado de lo que tenía entonces.

Fue un día de junio, la llegada del verano inspiraba emoción y ganas de cambiar el mundo. Mi mente rebelde estaba más revolucionada que nunca y me prometí que ese verano iba a quedarse en el recuerdo para siempre. Y así fue. Esa noche de junio la vida de cuatro jóvenes daría un giro de 360º, sobretodo de una en especial. El efecto del calor junto con el de dos vasos de vodka con limón abrió las mentes de las chicas (a una le abrió algo más), y se convirtieron en lo que siempre habían querido ser: valientes. Esa noche hicimos locuras, sí, pero todas ellas desembocaron en el verano más increíble de toda mi vida. Un verano libre de preocupaciones y de obligaciones. Un verano lleno de amistad y amor. El verano del beso más largo del mundo.

lunes, 28 de junio de 2010

Es algo especial.


Mi casa es algo especial. Es verde, naranja, lila, azul y roja. Siempre huele a sofá y se despierta medio despeinada. No es perfecta pero brilla por sus imperfecciones. Al entrar se observa una cocina larga y desenfadada, donde se puede observar los restos de la comodidad en la que vivo. Comodidad de vecinos que se quieren y que no intentan disimular las ganas de abrazar. Mi baño es amplio, blanco, no reluciente y con una acústica excepcional. Se celebran conciertos en directo donde la imaginación juega un papel muy importante. Los pasillos derrochan felicidad, familiaridad y cariño. Lo antiguo predomina en cada rincón y la añoranza se mezcla con los recuerdos de la infancia representados en fotos y figuras. El salón es el corazón de mi casa, el lugar de reunión, de enfados, de peleas, de reconciliaciones y de sueños despiertos. Los sofás no son bonitos, pero destacan por sus miles batallas vividas en ellos. El único salvavidas para no pisar el suelo de lava o el barco que nos llevaba por aguas desconocidas hacia la ruta del tesoro. Las habitaciones son únicas y personales, en ellas somos inmunes a toda bronca y pelea, cruzar la frontera de la habitación nos hace cumplir las reglas que el dueño imparta, aunque en ocasiones existen robos y violaciones a la intimidad pero estas son castigadas por el ser supremo, madre selva. M.S es un ser que habita en el sofá, en ocasiones se levanta para librar batallas online contra otras M.S, y cuando duerme recita frases sin significado. Está esposada al hombre más bueno del mundo, un hombre que cada vez que miente hace un gesto con la nariz que lo delata, un hombre que se pasa el día con las manos en la masa y jugando con fuego, literalmente hablando. Hay fotos que recuerdan tiempos juntos, pero sus corazones hace tiempo que se separaron por unos tabiques más fuertes que los que podrían separar dos habitaciones. Hermano es el tercer inquilino de mi casa. Él quiso seguir mis pasos y escribir los suyos propios. A veces me sorprende con su singularidad y sus arrebatos de cariño. Es muy buen masajista, toca la guitarra como nadie y se quiere, por lo que le admiro.La imaginación es su punto fuerte y la música su musa. Ambos hemos nacido con el don de comunicarnos a través de la mente, somos iguales, aunque él se empeñe en negarlo.
Por último está él, el que nos tiene a todos enamorados, un ser al que le gustan las pipas y la zanahoria, aquel que aunque se pase la noche dando vueltas en su rueda, no nos molesta porque es él y es la cosa más bonita que pueda existir.
Y este es mi hogar, una casa llena de desastres pero perfecta. Una casa sencilla que hace de nuestra vida en ella algo especial.

sábado, 26 de junio de 2010

El sueño más bonito del mundo.


Esta historia no tiene mucho que ver con la realidad, tampoco se aproxima a algo que pueda suceder, es una historia escrita en sueños, sueños despiertos y sueños dormidos. Es un cuento que nunca acabará, es bonito saber que siempre estará ahí, pero a veces llega a ser tan bonito, que el sueño quiere volverse tangible y llenarse de esperanzas, esperanzas que se demoran o rompen en pedazos el sueño. El sueño con el que despierto y duermo, con el que me acuesto y me levanto. El sueño más bonito del mundo.

miércoles, 16 de junio de 2010

Y cuando nos dimos cuenta.

Cambió el rumbo de nuestras vidas. Fue como un advenimiento de los que nos iba a suceder. Nuestro juicio aclamó la llegada de algo más fuerte, un pensamiento que nos destruiría poco a poco durante años y el cual teníamos que solucionar lo antes posible.
En aquel momento dejé todo lo que estaba haciendo y me puse a escribir. No imaginaba qué absurda historia saldría de mi mente esta vez, sólo sentí que el lápiz se movía y dibujaba imágenes sobre un papel. Un papel que guardaba los sentimientos más profundos del corazón, un simple trozo de papel que conseguía inmortalizar años de madurez. La evolución de mi alma que nadie se atrevía a descubrir, hasta que llegó el día, y con él la extraña sensación. Esa que a momentos desespera y en ocasiones dulcifica, esa que me obligó a seguir escribiendo y la que ahora me tenía anclada al papel sin saber qué decir ni qué hacer. Contemplé una vez más mi mano que se movía aún con más rapidez. Las lágrimas se asomaban en mi ojos y se dejaban vencer por la gravedad resbalando sobre mi piel manchada. Estaba en un momento de locura, en un momento de tensión. Ni podía parar ni podía saber qué era lo próximo que escribiría. Me sentía extraña, como cada vez que lo hacía. Derrepente el lápiz cayó al suelo y con él mis ánsias y mi desesperación. Rompieron mis ojos a llorar y fue entonces cuando pensé. La coherencia llegó por primera vez en esa tarde a mi ser. No, dije. No podía estar pasando. Me sequé como pude las lágrimas y salí a dar un paseo. Había estado ocultando demasiado. Demasiado dolor que sólo podían sentir las hojas llenas de palabras estúpidas y lágrimas. Mi tiempo convertido en mentiras, en una gran farsa de sinceridad y mentiras. Qué contradictorio.

Entonces fue cuando nos dimos cuenta. Éramos jóvenes y nos quedaba poco tiempo. El camino fácil era enterrarlo todo y dejar que marchitara, como llevaba haciendo años en mi cuaderno. La otra opción exigía valentía, y de eso carecíamos.

sábado, 12 de junio de 2010

.

Sílabas conjuntas olvidadas en un sueño,
frases que perecen, odas moribundas,
cambiante el destino,la razón,la convivencia,
ignorante el tiempo que no osa encender la vida, y busca
ingenuas razones para permanecer.

lunes, 24 de mayo de 2010

Un sueño :)

-Debería marcharme-
-¿Ya?¿Tan pronto? La noche no ha hecho más que empezar.-
-Es muy tarde, mañana tengo que ir a hacer cosas y...-
-Bien, te acompaño un rato-

Nos evadimos de la muchedumbre que se anclaba en las puertas y terrazas de los pubs que aún quedaban abiertos y nos dirijimos hacia la playa. Entre ambos se podía sentir un calor especial, tal vez producto de alguna clase de agradecimiento mutuo. Los tantos centímetros que nos separaban mantenían una constante que ninguno se atrevía a cambiar. El olor del mar y el suspiro de las olas medio en calma nos hizo comenzar una nueva conversación.

-Qué bonito el mar, hace una noche espléndida.-
-Dentro de unas horas se podrá ver el amanecer, cómo se fusionan el mar y el cielo, la libertad y lo infinito. Es uno de los momentos más bonitos que nos otorga este mundo, disfrutémoslo mientras podamos.-

Un suspiro precedió al silencio, un silencio del que emanaba tranquilidad y confianza. Tal vez el mejor silencio que habíamos vivido nunca, ese con el que tanto habíamos soñado, pero el que tanto miedo nos daba.

- Bueno, no te hago caminar más, sólo me queda subir esa calle, en cambio tú tienes que volver con ellos.-
-Bien, pero creo que yo también me iré, ya se ha cumplido todo lo que esperaba de esta noche.-
-¿Ah, sí?¿Y qué esperabas?-

No me atreví a pronunciar la frase que respondía a esa pregunta.

- Pues no mucho, la verdad, lo de siempre-

En su cara se dibujó una sonrisa, sus ojos se centraron en mis pupilas. Con suavidad me acarició el hombro haciendo un gesto de aproximación. Nos dimos dos besos y susurró:

- Que pases buena noche.-
-¿Puedo hacer algo?- Dije con brusquedad.- Si no lo hago quién sabe lo que pasará por mi cabeza. Si no lo hago ahora posiblemente lo piense mejor y no lo haga. Si no lo hago ahora mismo, no tendré la valentía para hacerlo más tarde.-

Soltó una pequeña carcajada y dijo:

-Pues hazlo!-

Le acaricié la mejilla y ,sin pensarlo dos veces, me dirigí hacia sus labios mientras ese momento se hacía eterno en su mirada. Le di el beso más bonito que nunca pude imaginar que daría. Ni en sueños con él, ni en las películas más románticas de príncipes y princesas aparecía algo que le similara en belleza.

Nuestros caminos se separaron, pero siempre quedó la despedida. Aquello que pensábamos que nos iba a entristecer y se iba a hacer frío, se convirtió en algo eterno.

sábado, 1 de mayo de 2010

Se arruinó mi pequeña historia de primavera.

Hoy, ansiosa por escribir, por entonar una historia en clave de fa. Esa parte de mi música que siempre me ha hecho falta plasmar. Esa huella tan complicada de representar en mi pentagrama. Y hoy, escribo mi historia como algo etéreo que desconoce la realidad, como un producto de mi imaginación que se ha ido copiando y modelando muy distinto de su original. De cómo mis ojos observaron a través de tus ojos, de cómo vi tu mundo y desconocí todo lo que había en él. De cómo poco a poco me ha atraído más tu ausencia y tu falta de coherencia. De cómo la escasez de tiempo me hizo viajar a mundos en sueños, escribiendo un guión en donde dejaba correr las horas paralizada ante tu mirada, donde soñaba con amaneceres y conversaciones en silencio. Pero vuelvo a la realidad, aunque sólo sea por un instante y en el ansioso calendario cada vez mueren días con más prisa. Tornando a la realidad mi mente vuelvo a vivir sin locura. Triste pero eficaz contra toda depresión.
Esto es todo. Se arruinó mi pequeña historia de primavera.

jueves, 22 de abril de 2010

Olvidemos

Vamos a olvidar lo que no hemos olvidado. Vamos a olvidar el camino, cada abrazo. Vamos a olvidarte a ti y a mí, vamos a olvidarnos. Vamos a temernos si nos acercamos.
Vamos a olvidar el susurro de un te añoro. Vamos a olvidarnos de todo o casi todo.

viernes, 2 de abril de 2010


La madrugada me necesita. Necesita de mis ojos para ver lo que no es mundo. Necesita mi presencia para presenciar lo invisible. Cree en la magia del amanecer y se crece. Mi no se qué para escribir se ha alejado o ha desaparecido. Quien sabe. Tal vez la madrugada me capta para hacerme pensar durante largas horas. Tal vez el mundo que descubro me hace abrir los ojos a más oscuridad. La madrugada me confunde y no sé si es ella la culpable o será que mi placebo de felicidad es ahora inalcanzable.

miércoles, 31 de marzo de 2010


Son las 4: 29. Hoy no sé si me siento inspirada para escribir, pero ¿qué día no lo estoy?. Mi vida, mi día a día es un cúmulo se inspiraciones. ¿Mi musa? En algunas ocasiones diría que es una mezcla entre lo indiferente que me siento y lo feliz que parezco, pero en el fondo es mi desvariatez, mis delirios, el desorden que toma mi cabeza y absorve toda la serotonina que hace que a veces me disfrace y se muera mi musa. Serotonina, esa cualquiera que interviene entre mi musa y yo, la que hace que mientras se consume sea un poco más persona y deje de volar hacia mundos que a veces conozco. Esa tal que hace que mi instante vital pase más deprisa, tanto que no me de tiempo ni a decidir mis propios pasos, tan fugaz que hace que crea que soy parte de una historia, cuando en realidad me doy cuenta de que yo soy el escritor. Entonces pasa, días como hoy, dejándola, abandonándola al olvido, mi trauma psicológico hace que la pierda. Tres días sin mi droga hacen que mi cabeza vuele. Tres días sin ella hacen que mi mundo gane sentido, los "yo me entiendo" se vuelven más escasos y se convierten en "sólo sé que no sé nada". Tres días sin probarla hacen que pierda la cabeza. Mi musa ha vuelto.

viernes, 12 de marzo de 2010

Todo lo que había estado soñando los últimos 3 años ocurrió. Ahí estaba él, entretenido y despistado encendiéndose un cigarro y manteniendo una conversación en la que no prestaba mucha atención. En sus ojos verdes se lucía un gesto de cansancio, de monotonía, como si ese momento lo hubiera vivido una vez tras otra. Pero esta vez era diferente. Al final de la calle, apoyada en una esquina lo miré. No sé si mirar sea el verbo más adecuado para describir mi acción. No sólo observé aquel rostro, si no que me sumergí en sus ojos y me adentré en su mente. Miles de recuerdos revoloteaban mi pensamiento, y ahí estaba yo, embobada mirando hacia el infinito pensando en él. Ni si quiera me dio tiempo a apartar la mirada cuando giró su cabeza tan sólo para saber si se acercaba alguien y me vió. Nos quedamos mirándonos, el uno al otro, sin poder desatar el nudo que de había creado entre nuestras miradas. En realidad no nos estábamos viendo las caras, si no, leyendo nuestra mente. Para mí fue una eternidad. No podía pensar en nada, sólo podía mirar. Por fin descubrí el significado de la palabra felicidad. Felicidad era estar allí, justo en el momento y en el sitio donde me encontraba. No me arrepiento de haberme dado media vuelta, ni de no volver a hablarle, ni de no explicarle a nadie lo que sentí en ese momento. Sólo me arrepiento de mi locura, la misma por la que quise dejarlo todo por él, la misma que me llevaba a recordar ese momento cada segundo del día. La misma locura que me lleva a escribir sueños.