Viajé a un mundo lleno de fantasías e ilusiones. Me acostumbré a tus posturas, a tu mirada y a tu forma de gritar. Pude sumergirme en una burbuja de estabilidad y creencias. Escribí miles de historias para nadie, miles de canciones que nunca llegaron a ser escuchadas, miles de sentimientos sin dueño. Me volví inmune a cualquier sueño.
Supe que todo acabaría en cuanto me dijiste que no querías volar.
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