
La madrugada me necesita. Necesita de mis ojos para ver lo que no es mundo. Necesita mi presencia para presenciar lo invisible. Cree en la magia del amanecer y se crece. Mi no se qué para escribir se ha alejado o ha desaparecido. Quien sabe. Tal vez la madrugada me capta para hacerme pensar durante largas horas. Tal vez el mundo que descubro me hace abrir los ojos a más oscuridad. La madrugada me confunde y no sé si es ella la culpable o será que mi placebo de felicidad es ahora inalcanzable.
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