martes, 16 de noviembre de 2010

Miedo.


El miedo lo mueve todo.

Mueve sentimientos, acciones, complejos.

Mueve los recuerdos y hacen que cambie tu trayectoria. El miedo hace que consigas razonar aunque a veces no sea lo mejor que puedas hacer.

Me dijo "Déjate llevar, que pase lo que tenga que pasar". Y no hice caso. Razoné durante media hora a fondo y me dejé llevar por la coherencia de esta situación. Tal vez radicalicé un poco la respuesta, pero era lo mejor que podía hacer para todos. En último lugar estaba yo, mis sentimientos. Aunque no quisiera terminar con esta incongruencia y aun a sabiendas de que iba a afectarme emocionalmente durante un tiempo, lo hice. El miedo a sentirme rechazada una y otra vez más, y a tener un papel secundario en una obra de la que no tenía que formar parte, me dio el empujón. Un trío de piano, flauta y chelo encaminó al personaje hacia el fondo del escenario, donde, a luz ténue, se confundía con el fondo negro que desapareció tras el telón a los segundos, poco a poco, alargando la tragedia y dando vida a la música apagada. Sentí miedo, y lo sigo sintiendo, pero ya la obra ha llegado a su fin y el actor secundario ha desaparecido de la escena.


Se ha cerrado el telón.

1 comentario:

  1. Siento decirte que solo tu puedes volver a subirlo. Eres una tontaina y te odio cuanto estás asi.

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