martes, 28 de febrero de 2012

Historias

Eran dos. Dos locos. O tres, o cuatro. Una lluvia cerraba sus mentes, o las abría. Se sentían pobres, pero a la vez ricos por tener todo aquello que les rodeaba.
Se veían todos los viernes, a eso de las 20:05h, se pasaban cinco minutos buscándose con la mirada, hasta encontrarse a ellos mismos. Cinco minutos en la puerta haciéndose miles de preguntas hasta que decidían entrar. La entrada era algo abstracto. En realidad no había entrada, pero cada paso que les acercaba dibujaba una linea imaginaria la cual mantenía un dentro y un fuera del grupo. Todo empezaba con un saludo y a continuación empezaban las historias. Historias de amores acabados, de familias rotas, de batallas perdidas. Historias que acababan con una sonrisa sólo por estar allí, rodeado de él. De su encanto, de su sonrisa, de su anonimato. La seducción de su silencio. Él nunca decía nada, pero lo escuchaba todo. Sólo con saber que estaba ahí ella se sentía parte de algo. Ese algo que le hacía volver, cada viernes, a contar sus historias. Historias de una loca. O dos, o tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario