sábado, 25 de enero de 2014

Llamadme loca.



Cuenta historias reales, maquilladas de sentimientos. Historias que sin eso no son más que historias, así lo creen los hombres. No maquillan, no sienten. El amor es querer y no amar. Las caricias las dan con las manos, no con el corazón. Y los besos, un simple jugueteo entre lenguas. Nosotros, por el contrario, los no-hombres, esos seres locos, indecisos y soñadores, lo vemos todo, y lo contamos, como si nuestro corazón hubiera multiplicado por mil de tamaño, los latidos fuesen versos de un poema y, las miradas, la primera y más importante vía de comunicación. Así somos. Si quisiera escribir para hombres, escribiría prosa con sentido, bien argumentada y estructurada. Pero entonces no saldría del corazón. ¡Ah no!, que del corazón sólo sale sangre. Llamadme loca.

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