viernes, 2 de abril de 2010


La madrugada me necesita. Necesita de mis ojos para ver lo que no es mundo. Necesita mi presencia para presenciar lo invisible. Cree en la magia del amanecer y se crece. Mi no se qué para escribir se ha alejado o ha desaparecido. Quien sabe. Tal vez la madrugada me capta para hacerme pensar durante largas horas. Tal vez el mundo que descubro me hace abrir los ojos a más oscuridad. La madrugada me confunde y no sé si es ella la culpable o será que mi placebo de felicidad es ahora inalcanzable.

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